Lactancia materna: señores, ha llegado su momento de gloria
Reconozcámoslo: la lactancia parece lasunto de madre e hijo, una especie de dúo exclusivo, un club cerrado en el que sólo laceptan miembros con glándulas mamarias operativas. Pero piénsatelo mejor, queridos copadres. Detrás de cada bebé satisfecho suele haber un compañero entre bastidores, dispuesto a sacar su parafernalia de apoyo logístico, emocional y, admitámoslo, cafeinado. Bienvenida al mundo del apoyo a l, porque no, tu trabajo no slimita a preparar la merienda en mitad de la noche.
Conviértase en acompañante de lactancia
El concepto es sencillo: si tu compañero es el capitán de la nave lechosa, tú eres el primer oficial de a bordo, responsable de que ltripulación se mantenga unida. Esto empieza con una función clave: suministrar alimentos. Para que la lactancia tenga éxito es necesario que la madre esté bien alimentada, con buenos alimentos que favorezcan la lactancia. Porque si se pasa tres horas al día con un bebé trasplantado al pecho, no tiene precisamente tiempo para preparar una quinoa-avocado-chia digna de las influencers foodies que adoramos (u odiamos, según se mire). Así que prepárale una comida de verdad, sana, equilibrada y deliciosa (aunque te sorprenda, estos tres adjetivos van muy bien juntos). No hay duda de que te querrá para siempre (o al menos hasta que llegue la próxima leche).
Larte de la gestión nocturna de crisis
Un pequeño secreto: las alimentaciones nocturnas no son una leyenda urbana. Existen. Y escuecen. Mientras el bebé está siendo atiborrado como en un buffet libre a las 3.17 de la madrugada, tienes dos opciones: jugar a lestatua de cera somnolienta (pero por tu cuenta y riesgo) o demostrar que eres una auténtica MVP (Most Valuable Player) de la copaternidad. Puedes, por ejemplo, ir a buscar un vaso de agua, ajustar la almohada de lactancia como una profesional, ir a buscar a la personita y ponerla tú misma al pecho o simplemente ofrecer una mirada comprensiva y un susurro de "de verdad que lo has conseguido". Spoiler: ¡funciona!
Conviértase en un experto en equipos de apoyo
No nos referimos sólo a los discos absorbentes, sino también a toda lparafernalia moderna que convierte la lactancia en una experiencia de semilujo. Refresca tu vocabulario: ¿qué es el reflejo de eyección, qué es la congestión mamaria y la mastitis y qué es un pequeño nudo en la lengua? En cuanto al equipamiento, asegúrate de que tu media naranja está perfectamente equipada. Ella necesita sus pechos (tú no tienes que hacer nada al respecto) y un elegante conjunto Milk Away que combine practicidad y estilo (tú entras en escena con el mejor regalo de su vida... ldel fruto de tu amor, claro). Porque sí, lno significa que las mamás tengan que convertirse en ermitañas con una camiseta sin forma y con agujeros estratégicos. Así que regálale un bonito top Milk Away y recuérdale que es la más guapa a tus ojos. Y ya que estás, conviértete en una experta en sacaleches: sí, ese extraño objeto que parece sacado de una película de ciencia ficción pero que puede salvar muchas noches (¡y muchas noches sin bebé!).
Protección personal
Otra misión: ser la guardaespaldas oficial de la lactancia. Esto significa rechazar con suavidad pero con firmeza los comentarios no solicitados de la tía Josiane, que piensa que "un biberón sería más fácil", o del colega que piensa que "un bebé amamantado después de tres meses sigue siendo raro" o "¿qué, da el pecho a demanda? Tu papel es ser un baluarte contra lejército de autoproclamados expertos en lactancia materna. Te aseguramos que vale todas las medallas del mundo.
El superhéroe de después del verano
Está el antes y el durante, pero no te olvides del después. Una vez que Lterminado de dar el pecho, ¡te toca a ti! Coge el paquete y ocúpate de todo lo que lhacer: hacer eructar al bebé, cambiarle el pañal, dar 1.000 pasos alrededor de la mesa del salón hasta que lduerma, etc. Francamente, no tienes que buscar mucho... siempre hay mil cosas que hacer cuando ldando el pecho, pero también en todas partes y a todas horas, para que tu pareja pueda recuperarse lo antes posible de su mamá de hierro.
El maestro de la relajación
Un bebé mamando es una monada, pero ser madre con una toma tras otra es agotador. Ofrécele un masaje, una siesta, un baño caliente o un momento sin bebé. Ofrécele un capítulo de su serie favorita, una salida con sus amigas (mientras tú te ocupas de la bestia) o simplemente diez minutos de silencio sagrado (créenos, el silencio es un regalo muy infravalorado una vez que te conviertes en madre).
Bonus: si consigues dormir una noche entera con un biberón de leche materna, entrarás oficialmente en el Salón de la Fama de los Compañeros Perfectos.
Sresumen: eres indispensable
No, no vas a dar el pecho, y no, nunca tendrás que lidiar con una subida inesperada de leche en medio de una reunión de Zoom. Pero tu papel es crucial. La lactancia Lun deporte de resistencia en el que el apoyo lo cambia todo. Así que, queridos copadres, poneos la capa invisible y convertíos en el héroe anónimo de la leche materna. Tu pareja te lo agradecerá, y tu bebé también.
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Kelly Sikkema - Unsplash