Abstinencia sin carnicería: la guía de supervivencia para madres y bebés adictos

El destete, ese momento a veces temido de la len el que te das cuenta de que tu bebé ya no es esa cosita en miniatura y siempre hambrienta que vivía literalmente suspendida de tu pecho. Tanto si has decidido dejarlo porque el bebé muerde demasiado, porque sueñas con recuperar tu cuerpo sólo para ti o simplemente porque crees que es el momento adecuado para ti y para tu bebé, una cosa es segura: es mejor hacerlo con suavidad, alegría y buen humor.

Y la buena noticia es que esta nueva medida no te impedirá seguir llevando tu ropa Milk Away favorita.

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La técnica ninja: reducir la velocidad sin prisas

Como es lógico, no se pasa del 100% de leche materna al 100% de puré de brécol de la noche a la mañana. Se va paso a paso, al ritmo del dúo y a lo largo de speriodo que suele ser de dos a tres semanas. Lidea es reducir progresivamente el número de tomas, empezando por las que parecen menos importantes para el bebé (a menudo las del día). Éstas se sustituyen cada 3 ó 4 días por un biberón, una tacita o un tentempié sólido, lla edad del niño. Y recuerda que Roma no sconstruyó en un día.

Operación camuflaje: desviar l

Tu bebé es un pequeño gran detective. Intuye que algo va mal incluso antes de que le digas "basta". Consejo número 1: Cambia de rutina y de lugar. Si l len el sofá del salón, prueba en el dormitorio con un cuento o incluso una canción improvisada (sí, aunque desafines, el bebé te sigue adorando). ¿Por la mañana? Un largo abrazo bajo el edredón. ¿Por la noche? Un libro interactivo que pita y parpadea en todas direcciones. Lidea es ofrecerle consuelo de una forma diferente.

Otra solución que puede marcar la diferencia es retrasar lhora habitual de la toma, con lidea de reducir gradualmente el número de tomas a lo largo del día. Una salida al parque, un momento de juego o una actividad sensorial pueden ayudar a pasar el tiempo y distraer lganas. A veces, ofrecer un biberón de agua en su lugar es suficiente para satisfacer la necesidad de succionar y calmar. Lo importante es establecer nuevos hábitos tranquilizadores que sustituyan gradualmente este momento familiar, sin precipitarse.

Larte de decir no (sin sentirse culpable)

Al principio, tu bebé no estará contento. Protestará (sacará los tapones para los oídos), intentará negociar (con miradas suplicantes y minicrisis existenciales). Es normal. Mantente zen y firme, sin dejar de ser benevolente. Explícale simplemente que la comida desaparecerá poco a poco, pero que siempre estarás ahí para tranquilizarle.

Un pequeño consejo: recurre al segundo progenitor, si ltienes a mano. A menudo, el bebé acepta mejor los cambios si papá, mamá u otra figura tranquilizadora toma el relevo a la lde irse a dormir o despertarse por la noche.

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Y para evitar caer en la trampa de darle de comer "sólo por diversión" (ya sabes, esa en la que el bebé se alimenta durante tres segundos sólo para comprobar que la barra sigue abierta), ofrécele una alternativa agradable: un arrumaco, una canción infantil o un peluche favorito que pueda mordisquear a sus anchas.

Senos SOS en peligro: gestión de la parte práctica

Destetar suavemente también significa tomárselo con calma. Reducir gradualmente levitar la congestión y la mastitis del l. Si es necesario, sácate un poco de leche para aliviar la tensión (pero no sobreestimules, para no reiniciar la máquina). Otro consejo para aliviar tus pechos tensos es utilizar hojas de col frías (en serio) o un suave masaje laceite de almendras dulces.

¿Y si te preguntas qué hacer con esa leche que te estás sacando "sólo para sentirte mejor"? No hay por qué sentirse culpable ni tirarla. La página de Insta Milk Away comparte un montón de buenas ideas para reciclarla, incluidas recetas. Algo así como una guía antidesperdicio l.

¿El pequeño extra? Piensa en la comodidad en cualquier situación. Destetar a lbebé no es tarea fácil, pero te mereces superar esta etapa con estilo y bien equipada. En Milk Away conocemos esos momentos como la palma de nuestra mano, y los alargamos suavemente con piezas de lactancia con cremalleras invisibles, tan discretas que nadie adivinará su secreto. ¿Cómo funciona? Las seguirás llevando mucho después de dar el pecho, porque son bonitas, cómodas y están bien cortadas. Prendas diseñadas para acompañarte durante mucho tiempo, sin traicionar nunca su (antiguo) papel.

Seguimos diciéndonos a nosotros mismos: paciencia y amabilidad

¿La consigna? Paciencia. Para ti y para el bebé. El destete es una transición, no una ruptura brusca. Cada madre y cada bebé tienen su propio ritmo, y limportante es respetar el tuyo. Así que tómate un respiro, ponte tu mejor traje de Milk Away y disfruta de estos últimos momentos de complicidad con la leche. Y si alguna vez se te escapa una lagrimita al recordar esos momentos de lactancia, recuerda que es perfectamente normal sentir nostalgia... y que un buen cuadradito de chocolate siempre es una excelente solución para cualquier cosa.

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Crédito de la foto: Unsplash - Rainier Ridao